martes, 21 de febrero de 2012

TRAS UNA VISITA ESPIRITUAL A JORGE MANRIQUE EN EL LUGAR DONDE FUÉ HERIDO DE MUERTE: ENTRE CASTILLO DE GARCI MUÑOZ Y SANTA MARÍA DEL CAMPO RUS.

      El Mundo es como una sala de espera, pero con más cosas. Mientras estamos en ella, hablamos, nos conocemos un poco... Y cuando nos vamos acostumbrando a la mútua compañía de los demás, a unos y a otros nos va llegando el turno, de aquéllo que esperábamos, o no.

      Pero ¿Qué esperábamos? Seguramente algo que temíamos: cualquier desafío, algo siempre duro que vencemos con temor y arrojo al mismo tiempo.

      Sólo los muertos no temen. Pero, ¿Qué sabemos? Al menos no han de temer como los vivos, eso es seguro, porque los vivos temen por su vida y además temen, en muchas ocasiones, a la Vida. Pero ¿Qué se teme? y ¿Qué sentido tiene temer? Al fín y al cabo somos parte del final. Somos fin de nuestro principio vital.

      Y ¿Cual es el fin de la Vida?, ¿Qué sentido tiene la Vida?, ¿Por qué vivimos?, ¿Por qué existe el Mundo? ¿Qué sentido tiene el árbol que se mueve al son del viento tras mi ventanal? Desapareceré y ése árbol seguirá bailando la mazurca de los vientos; sus hojas lucirán como perlas de plata cada mes de Abril, como álamo que es... O ¿Quizá no? Puede que un día el viento riña con él y lo mate. O quizá un violento rayo de una caprichosa tormenta, lo quiebre por azar y yo lo vea morir. Y total una u otra senda, o tal o cual abandone antes la espera, ¿por qué?, ¿para qué?. ¿A qué venimos para irnos luego?. ¿Qué sentido tiene toda una vida llena de arduos caminos que conducen a risueños y quedos valles? ¿Por qué nunca para el camino en aquélla vega florida, por qué continúa y lo seguimos inevitablemente, sabiendo que a lo sumo hay lo más cierto, que no sabemos cuándo, ni como, ni dónde, pero sí lo que nos espera serenamente, de alguna manera, en algún lugar?

      La Vida es todo: para unos Dios, para otros virtud, lujo para aquéllos y apatía para los débiles. Pero bien mirado, la Vida no tiene utilidad, NO SIRVE PARA NADA. Sólo un terco instinto de supervivencia y un irreflexivo temor a morir nos hace caminar por aquél sendero que bordea lagunas de peligros, de miedos y de una inexplicable y compulsiva esperanza: la de la virtud, o la de Dios, o la del simple hedonismo.

      Y sin embargo, reflexionando un poco más, EXISTE OTRO ALICIENTE DE PESO PARA CONTINUAR POR EL SENDERO HACIA EL FINAL: LA ALEGRÍA EN SÍ, QUE TE HACE FUERTE Y TE LLEVA A LA ILUSIÓN. Entonces, la Vida es Ilusión, o al menos el motor principal. La verdadera ilusión, como la Vida, no tienen sentido. La ilusión está implícita en un rayo de sol, en aquél mismo árbol que se mueve al son del viento frente a la ventana. Es un impulso a corto plazo producido de manera inexorable y está conectada a la actividad en la Vida, lo mismo que la muerte. Sólo hay que querer buscarla, pero desde uno mismo, es decir, crearla. Lo dice claro un viejo proverbio hindú: "El pájaro está alegre porque canta; no canta porque esté alegre".

      Nuestra vida es aquélla sala de espera conectada a la actividad de la Vida misma.

      Después de muchos años, estoy preparado para la Vida y para la muerte, que es un paso más de la vida. ¡Al fín no me revelo al reposo que me espera cuando tenga que llegar!

      Por éso es bueno cansarse en vida por hacer, o por vivir la alegría de las cosas. Así, en ésa lucha que es vivir, mi cansancio no tendrá miedo de... nada. Nos guste o no, todo pasa como tiene que pasar. Sólo hay una cosa buena: vivir en vida, vivos y así, merecer el descanso cuando llegue.

      Al fín y al cabo, la Vida es vida hace casi el mismo tiempo que la muerte; y los razonamientos sólo son los reflejos de nuestros miedos. Cuando venga, ella sabrá...


"...Muero en un mar de agonías
y tristezas terrenales, que me llevan a otro mar:
Es el mar del alma mía
en que vivir y soñar
funden ayer y presente;
es la tenue melodía
melancólica y riente;
es la irónica alegría del ayer
que no pasó
y en sueños se desvanece..."
   

1 comentario: