sábado, 29 de octubre de 2016

GRACIAS POR VOTAR NO. GRACIAS POR DIMITIR.

 Gracias a todos los que habéis podido usar el derecho al voto y habéis sido valientes votando NO sin pensar en intereses de ningún tipo. Gracias a los que habéis tenido la gran valentía y decencia de dimitir ante una imposición política. Habéis dignificado el denigrado papel del político, papel en el que cualquier ciudadano con cierta inteligencia seguirá sin creer gracias a los representantes del PP  y del PSOE. Hay más vida fuera de todas esas hordas. Incluso hay más vida encima de muchos partidillos emergentes, de rango oportunista.

  Sólo un cambio profundo de los ciudadanos, saliendo de los cómodos sofás de nuestros precarios hogares podría poner las cosas en su sitio. Desde luego todos éstos politiquillos esclavos de los dirigentes económicos de la maldita Unión Europea, algún día caerán, cuando el ciudadano de a pie despierte de sus miedos y relativas comodidades. Tenemos que llegar a situaciones aún más precarias, tenemos que dejar de percibir jubilaciones, bajar hasta lo inaudito nuestros ya miserables sueldos los que tenemos la inmensa suerte de trabajar y ser explotados por los poderosos y ser denigrados más aún por parte de los poderes capitalistas del PSOE, del PP y de sus jefes de la UE.

  Aunque no es propio de mi educación, voy a hablar en el lenguaje que puede comprender toda esa chusma de la que estoy hablando, a ver si se me entiende:
 
  Me cago en los políticos capitalistas actuales, me cago en la Unión Europea, que sólo piensa en enriquecerse más cada día económicamente, a costa de sus ciudadanos.

  Lo bueno que tiene de tocar fondo es que después toca subir, por la inercia natural. Seguramente habrá un tiempo cercano de cambio.

  ¡Por un mundo mejor, en el que la sociedad se valore por encima de todo lo material! Ése mundo está por llegar y muchos, muchos podremos reírnos viendo cómo huyen los cobardes que estuvieron asentados en sus tronos. 

                                      


   Los políticos y los pañales se han de cambiar a menudo... y por los mismos motivos.  (George Bernard Shaw)

lunes, 22 de agosto de 2016

UN TACHÓN SOMBRÍO.

 
  


   Han tenido que pasar algunos meses para poder escribir éstas líneas, por razones de sentimiento. Hace un tiempo vino la que siempre viene al final y se llevó a un buen amigo. Debió entrar suavemente, entre puntillas, sin ser vista. Una mañana tibia de mayo, se lo llevó consigo, certera en su convicción de estar haciendo lo que debía. Sí; quizá debía entonces, por ahorrarle ese terrible sufrimiento de no poder partir y quedarse padeciendo dolor y angustia.

  La mañana comenzaba, pero ésta vez ya sin Manolo, que yacía tendido plácido en la cama, quizá con una mueca sincera de descanso y de adiós calmoso.

  Abajo, el ajetreo por las calles del barrio, de coches, furgonetas descargando mercancías y comercios con las puertas recién abiertas al nuevo día. Más allá la playa, tibia y descolorida, como en una nebulosa blanca, lanzaba tímidas olas que se deshacían antes de llegar a la arena fina. Gaviotas y cielo claro. Era un día claro, como algunos en los que luce el litoral cuando se aleja la lluvia débil del norte. Un día como otros, en los que muere gente y nace gente. Días de dicha para algunos, tristeza para otras, tedio para muchos, risas para otros. Era un día más de Mayo, pero era un día maldito y triste para los que queremos a Manolo, porque Manolo ése día se fue en el tiempo y el espacio y ya no íbamos a verlo más...

  Manolo, un hombre de talla grande, era además, sin pretenderlo, un gran hombre. Era serio por fuera, pero tenía un sentido fino del humor. Era, como amigo, acogedor. Siempre estaba al lado de Maribel; un hombre familiar. Cuando le conocí, ya estaba jubilado, pero su espíritu inquieto le convirtió en artesano.

  Tenía su pequeño taller de madera, en el que trabajaba a ratos y con ilusión, haciendo viejos utensilios agrícolas asturianos, también de cocina y un montón de detalles más, bastante originales.

   Ver a Maribel y a Manolo juntos daba una sana envidia, porque es difícil que un matrimonio que lleva más de medio siglo conviviendo, se lleve así. Claro que teniendo como compañera a Maribel, era imposible que esa unión no funcionase. ¡Qué suerte tuviste, Manolo, con esta mujer!

   Maribel es, en el buen sentido, una niña grande. Sus ojos siempre sonríen y sus pómulos, ligeramente coloreados, le dan un aspecto casi infantil a su expresión, lo que resalta su alegría, porque Maribel es como una niña alegre, en realidad, una mujer estupenda. Últimamente tiene una sonrisa acompañada de cierto toque de lejana tristeza, que me disgusta, pero es normal. El tiempo lo cura todo. Y ella es una mujer muy fuerte, bajo esa apariencia de niña frágil.
 
   Cuando Manolo se fue, lo sentimos egoístamente por no poder volver a verle más, pero sobre todo nos preocupaba Maribel. Lleva su pena a solas y sabe que Manolo no la quiere ver triste. Por eso es fuerte, porque se atreve a sonreír, aunque sea una sonrisa con cierto deje de triste añoranza. ¡Qué suerte tuviste, Manolo!

   A veces, Maribel nos contaba alguna anécdota y Manolo replicaba con una voz grave y sorda a la vez, pero plácida:
-¡No hombre, no, Maribel! ¡No fue así!-
Y empezaba a corregirla el relato. Y no es que quisiera discutirla, sino que Manolo era un hombre recto, más que cualquiera de nosotros y como tenía muy buena memoria, corregía a Maribel y nos contaba cómo había sucedido aquélla anécdota exactamente. Aquello resultaba gracioso en su persona.

  El otro día fuimos a ver lo que queda de su recuerdo representado en un tejo, junto al arroyo. Pero ése Manolo no es el que yo conozco exactamente, sino un trocito de tristeza, un tachón sombrío. El Manolo amigo, el Manolo de Maribel, está ahora sobre el cielo de Buspriz, planeando con la brisa de ésta mañana, sobre los castaños, abedules, hayas y avellanos de los montes que nos rodean. Y por la noche, tiene su casa en el corazón de Maribel y de sus hijos, pero unos trocitos se quedan en los nuestros.

  Se nos fue el maestro artesano de la Vida, pero permanece entre nosotros. ¡Manolo, también nosotros nos acabaremos yendo hacia los altos montes, hacia el mar brumoso y lejano y seremos lo que tú eres ahora: paz y eternidad!

                                            

martes, 5 de enero de 2016

MI MEJOR REGALO DE LOS REYES MAGOS.

                                                                               




   Esta mañana al levantarme he corrido con la ilusión de un niño al zapato que dejé ayer a ver si los Reyes, los de verdad, los de Oriente, me habían dejado algo especial, ya que siempre me dejan ropa, complementos y a veces, algo más.

  Pero esta mañana, una extraña sorpresa me ha dibujado una sonrisa en la cara. Al acercarme he visto un paquete envuelto en una especie de hilo de seda blanquecino, sobre el que habían dejado ésta nota: "Éste es nuestro mejor regalo; llévalo siempre contigo".

  Inmediatamente, lleno de curiosidad y emoción me puse a abrirlo.

  Ante mis ojos apareció un fino librillo elegantemente encuadernado con éste título : Regálate la Vida.

  Extrañado abrí el libro y lo ojeé con rapidez. Estaba lleno de hermosos dibujos de un estilo parecido a las ilustraciones de Gustavo Doré, con paisajes mágicos, árboles retorcidos con curiosas formas, mares llenos de caracolas como de cuento, montañas en perspectiva con preciosas vistas de la lejanía entre sus valles. Pero lo que más me llamó la atención fue que entre tanto dibujo, se intercalaba a grandes letras, el texto, conciso y muy espaciado. Empecé a leer:

  "¡Regálate la Vida! ¡Cuántas veces has deseado hacer cosas que te han parecido temerarias, imposibles o ilógicas y has desistido de hacerlas! Te han educado para ser correcto, para hacer lo que se considera normal y no salirte del camino establecido. Y claro, te has quedado con ganas de hacer aquello que no entraba en la supuesta regla de lo que deberías hacer o no hacer.

  Piensa que el tiempo pasa, pasa la Vida, dentro de unos años ya no podrás realizar aquellos caprichos que soñaste. ¿Te has planteado qué hubiera sucedido si hubieras realizado aquél viaje tan lejano y duradero? Quizá el destino, tu destino particular hubiera tomado otro rumbo diferente, mejor o ¿peor? Pero ¿hay algo peor que la insatisfacción que produce no haber abierto un nuevo camino que te atraía?

  Regálate la Vida. La vida, tu Vida. No es regalarte un buen traje, un nuevo ordenador, un nuevo coche. Ni siquiera regalarte un homenaje en aquél gran restaurante al que nunca habías ido antes por su elevado coste. Todo eso tarde o temprano lo harás con dinero, quizás, si verdaderamente te interesa. Pero ¿y de aquélla aventura que no quisiste tener por si te caías, montar en la barcaza de Manuel un día de pleamar en busca de buena pesca? ¿Te has preguntado cómo se ve el mar desde una pequeña barca al amanecer?

   Sí amig@, la Vida pasa y el tiempo que pierdes sin hacer "esas pequeñas locuras que a veces se te han ocurrido" sin saber cómo
es un tiempo que nunca más volverá. Y además siendo así, ecléctico, sin arriesgarte a vivir vivencias nuevas, originales y caprichosas, vas modelando poco a poco una persona aburrida, predecible que ni siquiera aguantas tú.

  Regálate la Vida, AHORA MISMO YA, que es tarde para vivir, siempre es tarde si nunca te decides a cambiar la concepción de tu
destino desde ya, día a día. Sal hoy. Vete lejos, corre riesgos que te hagan sonreír, si te caes, te levantarás, seguro que si algo te duele no será grave, y si lo es, más aún es no hacer nada que se salga de lo que se espera de ti. La inanición de aventura es causa de las mismas enfermedades que el sedentarismo. 

  Regálate Vida. Sorprende a quienes tienes a tu alrededor sorprendiéndote primero a ti mismo con tu actitud renovadora a cada instante. ¿Por qué no hacer eso que tanto he temido otras veces si intuyo que me dibujará una sonrisa? ¿Acaso falto al respeto a alguien o daño a algunos de mis seres queridos si me empeño más a fondo en ser un poco intrépido?

  No te aburras a ti mismo ni a nadie con el traqueteado cuento de "Cuando yo era joven..." ¡SÉ JOVEN AHORA! Deja el pasado que entierre al pasado. Vive hoy. Para eso tendrás que entrenarte un poquito cada día. Ahora sin ir más lejos, deja por unos momentos éste librito y sal a la calle, camina, regálate el día para ti y haz algo que te parezca una pequeña locura sin dejar de respetar tu entorno. Haz algo que te haga reír. Eso te dará una medida exacta de tu estado de juventud actual y de tu compromiso vital contigo mismo en exclusiva. Después regresa a tu sitio y retoma tus rutinas. Procura hacer éste ejercicio con bastante asiduidad y hacerlo progresivo con diferentes actuaciones y actividades.

  Ser ahora joven es no echar de menos tu lejana juventud, sino vivirla ahora con el saber que otorga el paso del tiempo. Sorprenderte a ti mismo tú mismo, es el mayor regalo que puedes hacerte y es el mayor seguro que puedes hacer contra cualquier tipo de enfermedad. Renuévate cada día y deja atrás tu vieja piel de serpiente para nacer de nuevo. Así se llega a ser joven y longevo. Te lo dicen los magos de Oriente, todos los magos de Oriente. Sigue sus sabios consejos.

  Con una enorme sonrisa furtiva, he cerrado el librillo y he salido a jugar con la mañana.............