jueves, 28 de junio de 2012

PAISAJE CON ALDEA.



  Querido lector:

      Desde mi baluarte castellano, escribo desdeñoso de la dictadura capitalista que sufrimos todos los españolitos de a pie, a través de los ineptos lacayos políticos de la bárbara teutona con apellido mercantil. ¿Suenan exagerados mis palabros? Dice la cuarta acepción del diccionario de la RAE sobre la voz "dictadura": "gobierno que en un país impone su autoridad, violando la legislación anteriormente vigente".

      Sí, ya sé que es duro estar explotado bajo las hordas capitalistas, que agreden como salvajes nuestro sistema social, cultural y sanitario, es duro no saber si mañana habrá trabajo, es durísima la incertidumbre de futuro y de vejez, que nos espera en éste país tan vapuleado, por los estafadores de siempre, que engañan a la inculta plebe para comprar su voto. Es duro que un país tan hermoso como el nuestro, esté siempre en manos de un grupo de lameculos carentes de conciencia y de consciencia.

      Pero yo no me avengo aquí a llorar ni a protestar de las malolientes verguenzas que exponen sin pudor los que por la fuerza nos doblegan, sino a refrescarme en la simbólica expresión de aquél ventanal abierto al aire fresco, al vínculo a la vida, al arbitrio sensual, a la carne, al olor, a la imaginación, al goce, a la alegría de vivir, que es ¿el mayor?  ¡Nooo!,  el único tesoro que me hace libre y me hace impenetrable, ante las pequeñas inmundicias de la vida.

      Mi querido amigo o amiga, pues ya  lo eres desde el momento en que me prestas atención,  es tan corta nuestra existencia,  que no deberías  permitir que cuatro mediocres te la amarguen. La vida es más que un trabajo o un sueldo, más que un país donde se te exprime, ¡Hay más países en el Mundo! Tu casa, aunque ya estuviera pagada, nunca es tu casa, es sólo algo material, pendiente de los achaques meteorológicos, bélicos o de la diosa Tyche. Tu verdadera casa, eres tú y tus pensamientos. No soy beato, pero cambiando donde pone "Dios" , por "Vida", he disfrutado mucho leyendo el "Castillo Interior" de Santa Teresa. Es puro gozo, que ayuda a meditar, a gozar del viento, de la existencia, que al fín y al cabo es tan efímera.

      El título de mi entrada de hoy, PAISAJE CON ALDEA, representa la idea cosmogónica del Universo, aplicado al paisaje, en éste caso, un querido rincón de mi sempiterna Asturias, pero además evoca al paisanaje, que es la pequeña aldea del fondo, sumida en la vida cotidiana, en el vivir del hombre, en la relación del hombre con el hombre: Del hombre y la mujer, la mujer y la mujer, la familia, la amistad, la convivencia humana, algo tan hermoso, que casi roza la utopía, pero algo, aunque difícil, real por su propia existencia. Se trata de un retrato de dos paisajes en uno, vistos a su vez por tí, lector, el ojo que al mirar, crea todo ése paraíso mundano y a la vez maravilloso.

      Yo, soñando con mi pequeña aldea, espero el momento de mi encuentro con ella ( mujer, mar y tierra a la vez y en tres versiones de renacido y jovial tríptico).

       "Yo voy soñando caminos..." decía el poeta. Y "Tras el vivir y el soñar, hay una tercera cosa...¡Adivínala!"...  (*)

       ...Ésa cosa, base de todo paganismo filosófico es, según el mismo poeta y según cada sabio y sus distintos temas, DESPERTAR.

      Desde mi pequeño baluarte, te invito a que llenes conmigo tu copa con el mejor de los estoicismos y brindemos por la batalla de nuestras vidas, desde la potente armadura de nuestro CASTILLO INTERIOR.








      (*)= Fragmentos de poemas y canciones de Antonio Machado.