miércoles, 27 de febrero de 2013

CREPÚSCULO . LA MAGIA DE RENACER.

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       ...Otra vez el mar; el mar en la distancia, frente a un sol mortecino que se acuesta perezoso. Es Invierno. No se le puede pedir más.

      Aquí arriba, en la recia estepa castellana, escribo cargado de recuerdos que no voy a contar, pero lleno de sueños para compartir con quien quiera seguir mi discurso. Me gusta el crepúsculo marino, porque veo un paralelismo evidente entre lo que se va y lo que vuelve a ser, que no es sino lo mismo: vida que pasa, camina y culmina. Y después , la vida, nuevamente. Así es el sol que muere para renovarse cada día nuevo sobre el mar, que no es sino la madre que siempre aguarda al hijo pródigo, a veces, enfadada y regañona; otras, sin embargo, cariñosa, acogedora. Al final, el mar, siempre inconmovible, incluso a las acechanzas de los cuatro mezquinos poderosos de la raza humana. Sólo cuatro, pero ruidosos mezquinos, que sólo son enanos frente a la inmensidad de ésa madre protectora que nos enseña cada día a renacer.

      Hace tiempo aprendí que el ser humano puede ser el mejor regalo de la vida. Me ha costado creerlo, porque viviendo, uno se topa con cada necio aspirante a malo que dan ganas de salir corriendo. Hacen ruido, sí; y mucho, pero no son tantos como aparentan. 

      La experiencia me ha enseñado que es un gran placer hablar con las gentes sencillas que viven honradamente de su trabajo; y cuanto más sencillas y verdaderas son, más disfruto de su conversación y más me enriquece su trato humano.

      He disfrutado mucho hablando con Manuel, un pescador andaluz  jubilado, "de los de antes", cuando me contó su particular historia. Manuel tenía ahora un pequeño huerto de herencia familiar y, harto curtido ya por la mar, después de más de treinta años jugándose cada madrugada la vida en una pequeña barcaza desde la que se dedicaba a la pesca artesanal de sardinas y morralla, ahora había aprendido a cultivar tomates y aguacates, en un hermoso lugar de la costa granadina. Me contaba que muchas mañanas se levantaba no muy temprano, porque estaba cansado de partir el sueño siempre, y se iba caminando al huerto, que estaba cabe la montaña, sobre un acantilado. Allí, además de cultivar sus hortalizas, contemplaba el paisaje y pensaba sobre la vida, mientras disfrutaba de pequeñas y exquisitas dosis de soledad, antes de bajar de nuevo hacia el hogar familiar.

      También me ha resultado apasionante hablar con Jorge y con Santiago, con Antonio, con Pelayo, todos mineros asturianos jubilados desde los cuarenta y dos años. Y no es ningún "chollo", porque los hombres tienen los pulmones jorobados, uno por silicosis que ya es grave y, los demás por simple polvo que no sé si es mejor. Antonio, aprovechó la situación personal y con ayuda de su suegro puso un bar en una carretera de bastante tránsito por la cuencas mineras de Sama y Langreo, camino de Oviedo y Gijón. Ahora disfruta como patriarca, dando interesante conversación a los comensales que allí paran en el estupendo restaurante que ha montado su hijo, que es un gran cocinero, en el antiguo bar de su padre. Son una entrañable familia.

       He disfrutado hablando con algunos hortelanos de La Rioja y de Galicia y he aprendido mucho de la humanidad de las gentes llanas. Yo que he  tenido el ímpetu de ser siempre autónomo de pensamiento y praxis, tengo aún tanto por aprender de tantas gentes ...

      Son tantas las personas interesantes y, están tan esparcidas por el Mundo, que sería necesaria una eternidad para conocer a cada una de ellas, porque suelen estar escondidas entre la mala hierba.

      Hoy me voy a visitar otros paisajes. Estoy en una nueva fase de mi camino, acaso el más bonito y no puedo irme de aquí sin señalártelo, si quieres seguir mis pasos, aunque te recomiendo que más bien, sigas los tuyos, porque cada persona es una simple partícula del paisaje vital. La vida es toda y está ahí, para quien se aventure a seguirla.

                                                              

   

       Caminos son de la Vida los que inmensa nos ofrece. Yo mismo marco mi camino, con paso amplio y presuroso, o con pisadas mezquinas, temerosas de avanzar.

      Caminos que dejo atrás. En unos quedan plasmadas las huellas del día a día mejor o peor ganado. Porque los días no vienen sin más. Si realmente estás vivo y no vegetas, los conquistas cada dia, para así alentarte a abrir nuevas veredas que asomen a horizontes nuevos y hermosos.



       Atrás dejo la madre mar; pero la llevo presente mientras me voy alejando en torno a los NUEVOS PAISAJES de mi periplo. Y quiero invitarte a que me sigas. Ahora, que he comprendido que el tiempo es el propio camino y modela el paisaje; y que el paisaje es dinámico e ilimitado, porque siempre, cada día, es nuevo cada vez que lo contemplo con una nueva mirada. Ahora es tiempo de adentrarme más hacia el paisaje, abriendo sendas que quizá antes de mis pasos no existieran.

      Atrás dejo multitud de caminos y senderos, por los cuales quizá vuelva a pasar algún día, cuando el fruto maduro ya de mi largo paseo por ésta senda larga y corta al mismo tiempo, penda en la rama a punto de caer. Pero intuyo que aún me queda mucho por saber. Todavía mi retina no está saciada de paisaje y el fruto esperado aún es una ignota verosimilitud de exótica flor...



       ...He andado durante toda una jornada, planteándome cual es el camino que me lleve a disfrutar más del paisaje y he llegado a la conclusión de que todos los paisajes son hermosos; que depende de la visión del caminante, de la magia del momento y, algunas veces del paisaje mismo. Como en todo, hay paisajes que enamoran. Yo que soy asturiano por pura vocación, no puedo sin embargo dejar de amar la recia estepa castellana, que me ha marcado desde mi nacimiento. La siento integrada dentro de mí.
En cambio, mi Asturias del alma es la madre Naturaleza, que me acoge en su seno cada vez que simplemente pienso en ella e imagino tantas cosas... Igual que me pasa con la mar, de la que no hace una jornada aún que me he despedido... de momento.

      Está empezando a oscurecer, porque el sol, impaciente se va a acostar. A lo lejos el paisaje es llano y severo y parece extenderse hacia el infinito. Acabo de parar a descansar junto a una casa solitaria, a modo de pequeño cortijo, por ésta llanura sevillana, camino de Castilla. Estoy harto de andar y necesito soñar, ésta vez dormido. Así que decido pasar la noche dentro. Desde un amplio ventanal, diviso el horizonte, antes de acostarme sobre mi viejo gabán descolorido.

                                                                             
      Ahora, acurrucado, soñando con mi queridas veredas asturianas, dormiré tranquilo, como un niño feliz. Pronto volveré a visitar aquéllos lares que más quiero. Y seguiré recorriendo paisajes nuevos. Allí te esperaré como siempre para seguir hacia adelante. Pero éste nuevo rumbo, es más literario, porque contaré historias ligadas al paisaje que voy a ir recorriendo, muchas de ellas reales...

      Aquí me despido de tí, lector y lectora fiel, pero sólo un poco. No te digo adiós, sino hasta pronto.

      Ahora, permíteme soñar con mi lejana y la vez cercana Asturias.......

 


 "Atravesaré montañas y valles, hacia Paisajes Nuevos"

     

viernes, 22 de febrero de 2013

THABANNKA HA MUERTO. PAISAJES NUEVOS.


       ...Caminando me he ido adentrando en el pueblo. Huele a una entrañable mezcla de exóticos aromas, que me recuerda un lejano periplo por las elevadas laderas peruanas, donde el olor de amancae embriaga el corazón por los sentidos.

      Acabo de encontrar por casualidad un pequeño edificio casi destartalado, sobre cuyo portón puedo leer:
BIBLIOTECA MUNICIPAL. Siempre he tenido curiosidad por ver qué tipo de literatura albergan las bibliotecas de las pequeñas poblaciones, pero cuando pasé a ésta, quedé gratamente impresionado por un volumen que jamás había visto. Estaba clasificado en una estantería, bajo el lema: VIAJES Y AVENTURAS.

      No recuerdo bien el título, pero era algo así como LOS ANCESTROS DESCONOCIDOS. Era de un autor norteamericano, un tal Preston, pero hay tantos Preston por aquellos lares como aquí Fernández.

      Abrí el libro y mirando el índice leí un título que me llenó de curiosidad:

      THABANNKA HA MUERTO.  PAISAJES NUEVOS.

      Thabannka era el último representante de una tribu australiana que habitó el continente seguramente miles de años antes de los maoríes neozelandeses y fué desapareciendo en virtud de su profunda ingenuidad y espíritu pacífico. Pertenecía a una extinguida raza que tuvo la dicha de encontrarse en un paraíso terrenal donde no faltaba de nada y sobraba hasta la belleza del paisaje exuberante. Incluso el benigno clima habitual durante casi todo el año, era una bendición para la tribu de Thabannka.

      Era un hombre de magra figura, de metro ochenta y ojos claros. Sus finos miembros tenían la flexibilidad del más trepador de los simios. La suavidad de su piel denotaba la bendición del clima que gozaba.

      Acostumbrados a la bonanza general, él y toda su tribu habían ido perdiendo el intrínseco instinto de protección del resto de la raza humana, porque la lucha y el impulso sólo se dan en condiciones adversas.

      Con una larga caña a la que adosaba un alargado guijarro y rodeaba de finos juncos a modo de cuerda como sujección, Thabannka cazaba más que pescaba la proteína que necesitaba como complemento a su menú vegetal de bayas y frutos. Era incapaz de matar otros seres vivos, a los que consideraba como iguales compañeros de vida. Y sólo pescaba cuando se lo pedían sus intestinos.

      Thabannka amaba la música, que él mismo componía. Para ello se valía de instrumentos rutinarios, como cañas, cáscaras duras de frutos, que llenaba de agua a distintos niveles para al ser golpeados levemente, conseguir diferentes sonidos; también usaba los troncos huecos de algunos árboles muertos como instrumentos de percusión.

      Compartía todo con todos los miembros de su familia, aunque sus afectos íntimos eran privados y seriamente respetados por todos.

      Amaba la Vida casi sin saberlo. Todos los dias hacía el amor, porque sólo tenía amor en su cabeza: a la Vida, a su vida y a su entorno, que le trataban como a un rey.

      Pero también a lejanas tierras comenzó a expandirse el espíritu de la codicia.

      Un mal día, desembarcó por aquéllos mundos una tropa de toscos guerreros. Iban forrados de gruesas pieles de animales sacrificados y en sus brazos y cuello llevaban el símbolo de su avaricia: rústicos collares y brazaletes hechos de metales y piedras preciosas. Pero también llevaban algo mortífero que Thabannka y los de su familia desconocían: Se llamaban "armas" y servían para "matar" al "enemigo".

      Todos aquéllos conceptos superaban a Thabannka, acostumbrado a una vida grácil y a una convivencia pacífica entre los suyos. Así que sin saber cómo reaccionar cuando vió bajar a ésos extraños de sus botes y dirigirse hasta la costa, se quedó embobado hasta que uno de ésos malhechores, cogió a su mujer tirando fuertemente de su brazo, para secuestrarla o algo peor. Entonces Thabankka, sintió algo que jamás antes había sentido y hecho un loco, agarró con furia al desalmado por el cuello y, sin querer, lo estranguló.

      Entonces una terrible marea de descontrolados asaltos invadió la isla de manos de los facciosos, matando a sus nativos y destrozando sus cabañas, quemando y arrasando la pacífica aldea...

      No recuerdo qué libro es y lo lamento. He buscado información sobre las primeras tribus australianas y lamentablemente sólo encuentro tribus y tribus de guerreros que iban acabando unos con otros, como todas las Historias de todas las naciones "modernas". Da la sensación de que la guerra predomina sobre la paz, es lo que venden los telediarios cuando nos hablan de países lejanos. Es una cruel mentira. Hay países maravillosos para vivir, aunque  si bien tienen regímenes políticos austeros, la gente de la calle es, al contrario de lo que nos quieren hacer creer los "informadores públicos", profundamente humana. Tal es el caso de Egipto, donde hasta por las calles de El Cairo, te sientes acogido por la familiaridad de sus gentes, como si fueras por una entrañable aldea.

       Las antípodas serían Madrid, París o Londres, donde la frialdad humana da miedo. Una vez, una joven peruana cayó desmayada al suelo, en un andén del Metro de una estación muy concurrida, con la mala suerte de que la pobre chiquilla se golpeó el cráneo contra el suelo al caer y quedó dormida. La gente se apartó con una mezcla de miedo y asco. Yo tuve la suerte de tener el móvil a mano y llamé al 112. Y a gritos subí llamando a los vigilantes. No sé lo que sería de la pobre chica, pero ¿Qué clase de gente es la que tenemos en ésta sociedad del " Mundo Civilizado"? En El Cairo, yo lo he visto, muchas familias humildes se tumban en cualquier explanada verde en la ciudad, para juntos reir o soñar con tiempos de bonanza. Los integristas son sólo una minoría. En Europa y EEUU, la sociedad se ha hecho integrista, defendiendo servilmente los intereses capitalistas. Cada vez hay más pobres en el "Mundo Desarrollado".

      Yo, desde éste humilde rincón de mi escritorio, me identifico cada vez más con Thabannka. Llevo sin saberlo desde niño ése espíritu de intentar saborear lo más posible la vida que me ha tocado en éste juego.
   
       Y es francamente difícil conservar el niño interior en cuanto a ilusión, en ésta miserable sociedad cuyos sumos pontífices son el euro y el dólar. Pero no imposible, porque uno a sus años está ya algo prevenido contra cualquier banda de malhechores facciosos que puedan desembocar en mi isla interior. A diferencia de Thabannka, estoy algo más prevenido y la experiencia me ha aportado algunas pautas, para al menos salir medianamente del paso.

      Un lejano reloj campanea desde su torre; es la señal convenida y algo presuroso tomo la vereda de la izquierda, pues tras la próxima jornada, he de comenzar mi ruta hacia  aquél lugar...



   

miércoles, 20 de febrero de 2013

DESPEDIDA. HACIA PAISAJES NUEVOS.


      La tarde luminosa camina con pereza hacia su ocaso. Aquí, junto a mis pies, rompen algo más tranquilas las pequeñas olas que se forman en el amplio horizonte. Quizá ésa llegada atenuada hasta donde estoy es un símbolo del contraste entre el tiempo que llega junto a mí y del tiempo próximo a venir, plasmado en lontananza en el lejano paisaje marino.
   
      Me gusta caminar mirando a lo lejos. Pero no dejo de saborear el cuadro de impresiones que se va acercando durante el paseo: Ambos forman futuro y presente de la película de mi vida. Una vez paladeados, los guardo en el desván de mi pasado, hasta que la humedad y el tiempo los corroe inevitablemente.

      Sin apenas advertirlo, caminando a mi libre antojo, sin un rumbo lógico definido, he llegado hasta el último acantilado, antes de meterme nuevamente tierra adentro. Nuevos paisajes me esperan y pienso seguir contando las impresiones que me van causando.

      Hasta aquí, he hablado mucho del ayer, de nuestro Mundo maltratado por la codicia de gentes que no son buenas, ni inteligentes siquiera. Quizá he enturbiado algo mi blog hablando de quienes no merece la pena hablar. Lo siento, porque la Vida es tan bella, que es absurdo hablar de las mediocridades de algunos seres como los políticos, parásitos, necios y un sinfín de personajes públicos y no públicos, coetáneos o no, pobres gentes miserables, con la de temas interesantes que existen. Por eso he decidido caminar hacia nuevos parajes, ésta vez sólo literarios. Porque a mis años, uno sólo está para saborear mieles. Y hay muchos panales silvestres por ésos mundos de Dios, y así, muchos tipos de miel: de alegría, de belleza, de ilusión, de esperanza, de bondad, de lucha. Pero sólo hay un tipo de jalea: la de la felicidad en cada lugar que escojo, en cada sensación que tengo, en cada situación que vivo.

      Por eso ahora que he llegado hasta aquí, quiero meterme tierra adentro para seguir viviendo mis paisajes y hacer de mi futuro mi presente. Para ello he llevado al desván todo aquéllo de mi pasado que ya tuvo en su momento la función de enseñarme a vivir, pero ahora es estéril. He tirado varios remolques de escombros, pero como la vida es dinámica, se van acumulando piezas inservibles y he de seguir vaciando mi desván periódicamente, para no acumular demasiadas cosas inservibles ya. He de dejar sitio para las vivencias nuevas que vayan convirtiéndose en pretéritas herramientas nuevas de aprendizaje.

      Una gaviota se me está acercando juguetona, con una especie de carcajada. ¿Hacen ese sonido las gaviotas, o simplemente se está riendo de mí?

      Yo también he aprendido a reirme de mí mismo. A veces es muy saludable. Porque la vida es como un juego. Y para jugar, hay que tener espíritu deportivo, saber perder con alegría, porque cuando gano no me hace falta aprender a reir. Mi experiencia me ha enseñado que siempre que he perdido ha sido algo muy pequeño en comparación de lo que he ganado a continuación. No puedo quejarme: No sé jugar al pócker y sin embargo me han tocado las mejores cartas. Procuraré mantenerlas siempre, aprendiendo a mejorar poco a poco cada día.

      Está empezando sigilosamente a oscurecer.

      Un frío traicionero está atacándome por la retaguardia. Aquí, en éste hermoso lugar se me había olvidado que aún estamos en Invierno. Comienzo a acelerar el paso, ahora que he salido del pedregal marino y me integro lentamente en el paisaje terrestre.

      Me dirijo hacia PAISAJES NUEVOS, que no son sino una continuación de mis pasos hacia el paisaje exterior, en estrecha simbiosis con mis paisajes interiores. Pero antes de seguir camino y dejar éste dulce acantilado, antes de acercarme a aquélla lejana aldea plasmada en lontananza en la imagen de mi paisaje marino, tengo que despedirme.

      Ahora comprendo que el TIEMPO está siempre presente en el CAMINO y en el PAISAJE.

      Porque el tiempo modela el camino y el paisaje, pero a la vez, EL TIEMPO ES UNA TRAMPA. Es una terrible trampa que nos hace ser mortales matadores de alegría. Es falso que haya un tiempo para cada cosa; o al menos es sólo una verdad a medias. Hay gente que se va pronto de ésta Vida y hay gente longeva. El único tiempo para morir ya está acordado para cada uno de nosotros. Y aunque no sepamos hacerlo, aceptar la Muerte es una forma de aceptar con madurez nuestra Vida. Hay jóvenes que realmente no lo son, sólo en el tiempo, lo cual es una mentira descarada. Hay ilusión en cualquier tiempo. No importa la edad. Sólo hay que estar abierto a la vida. Yo, sin ir más lejos, estoy viviendo ahora una juventud que nunca había soñado tener de joven. Sí, ya sé que tengo ventaja porque estoy enamorado. Pero es que lo estoy como nunca, de la Vida.

      No soy quién para dar consejos, ni me gusta darlos, pero como tengo cierto grado de filantropía aún, quisiera decirte que no hagas caso del Tiempo; Es una tramposa mentira. Verdaderamente ahora mismo que me estás leyendo, no existe ya el pasado, ni existe aún el futuro. SÓLO EXISTE EL PRESENTE.

       El pasado y el futuro son sólo referencias , herramientas de uso particular que en contadas ocasiones pueden servir para ayudar a vivir el presente........¡Pero a veces no!

      Acabo de perder de vista el acantilado. Ante mis ojos se descubren las primeras casas de la que hace un rato era una lejana aldea. Ahora en mi presente veo unos hermosos jardines, engalanados de plantas de lugares exóticos. Voy a acercarme a contemplarlas. Pero eso ya es otra historia...


jueves, 14 de febrero de 2013

MI MUSA Y YO. ¿QUÉ ES SAN VALENTÍN?


      Hoy es el día del Amor porque todos los dias son dias de inmenso amor desde que la conocí. Para algunos católicos, practicantes o no y, sobre todo para los comercios y la hostelería, el día de San Valentín se anuncia como una jornada de pingües ganancias. Para los enamorados que lo estamos en serio, ése dia no es sino uno más de aquéllos en los que discurre nuestro inenarrable amor. No necesitamos un día específico para ser recordado en masa, porque el amor de la pareja no es un fenómeno colectivo, sino algo muy particular.

      Mi Musa es como el sol, porque produce una energía cálida constante y vital.

      Mi Musa me inspira una sonrisa furtiva cada uno de los momentos del dia.

      Es hermosa por fuera, pero luce aún más su belleza interior, por eso cuando me sonríe me desarma.

      Como no soy asiduo hablador de mis asuntos particulares, no quiero ni aburrir, ni dar envidia a nadie con la inmensa dicha que disfruto por tenerla a mi lado.

     Sólo quiero pedirle perdón a San Valentín por no hacer demasiado caso de su onomástica, primero porque soy sólamente católico por censo y, porque mis celebracónes eróticas son demasiado particulares como para celebrarlas como norma colectiva; no creo en ésas supercherías.

      Seguramente mi Musa y yo celebraremos hoy nuestro amor como cada día, ebrios de ilusión, como ayer y mañana. Quizá salgamos a dar una vuelta, como hacemos de vez en cuando, o quizá tengamos nuestros planes, porque mis ramos de rosas no las regala San Valentín, sino servidor y a capricho personal.

      A mí me asiste un duende personal, encargado de enviar rosas a mi Musa, pero no rosas congeladas de las floristerías, sino rosas frescas y llenas de  rica fragancia procedentes de nuestro jardín. Y cuando nuestros rosales duermen en invierno, mi duende y yo seguimos obsequiándola con las de mi jardín interior, aquél donde nunca hiela.

      ¡Feliz San Valentín a quienes lo necesiten para recordar su amor!

miércoles, 13 de febrero de 2013

PRIMAVERA, CERCANA PRIMAVERA.


      "Primavera"  S. Botticelli.

                       
       Era una madrugada fría de Febrero. La primera claridad tibia de la aurora era aún tímida para anunciarse, a pesar de su proximidad. No podía dormir y, de repente abrí los ojos y miré hacia el ventanal.

      Hastiado de la vida que entonces llevaba, comencé a soñar despierto o a despertar. El caso es, que como una mágica visión, ví llegar la Primavera, como una deslumbrante adolescente de Botticelli, con un largo manto plateado, ataviado por la ténue claridad de una luna menguante, que ya se iba a acostar. Se acercó, ligera y silenciosa y susurrando algo a mi oído, volvió ligeramente a desaparecer.

      Primavera, certera ya en las primeras flores blancas y rosas de los madrugadores almendros, vino a consolarme con su contagiosa alegría. Entonces volví a despertar mi dormida alegría y me puse a componer una pequeña canción.

      Después, como aún era temprano, me vestí y salí a disfrutar la paz del paisaje solitario.

      Precisamente, paz era lo que necesitaba por entonces, aprisionado en una terrible trampa afectiva que  iba consumiendo mi sempiterna alegría.

      Sólo unos años después, pude recordar y comprender las palabras premonitorias y animosas que aquélla Venus fantasmal vino a susurrarme y hogaño forman un paralelismo con la postrera primavera que tengo la dicha de vivir en el casi ya incipiente otoño de mi vida.

      Como, a mi pesar suelo soñar despierto muchas veces, uno de esos dias se me ocurrió escribir aquéllo que hoy ya es mi realidad palpable, pese a haberme sido anunciado en aquél duro invierno de mi ya lejano antaño:

      "...En la noche muerta 
      de la vieja luna, entraste callada.
      Dormían los campos y las gentes,
      cantaban a coro las tímidas aguas
      del arroyo; soñaban las piedras.

      Entraste una noche
      pausada y ausente
      hermoso y radiante, tu manto de plata.

      De mi angosto balcón
      salí a contemplarte
      errante claridad de la noche mansa.
      Absorto e inerte, me quedé mirando
      tu esbelta figura
      radiante y alegre...

      ¡Oscuros sueños de la turbia mente,
      de la noche muerta. La aurora blanquea
      los dormidos campos. ¡Primavera,
      lejano sueño de la noche invernal
      que en el alma juega!


     "Entre dormir y soñar, está lo que más importa: Despertar".
      A. Machado.