miércoles, 19 de septiembre de 2012

UNA DE AMOR, EN ÉSTOS TIEMPOS.


"¡Poned atención!: Un corazón solitario, no es un corazón".   "...la monedita del alma, se pierde si no se da".  ANTONIO MACHADO.

      Después de haber visitado a lo largo del tiempo manuales clásicos como "El Arte de Amar", o "Remedios para el Desamor", de Ovidio, además de lugares de tradición estoica, entre Séneca y Quevedo, que indican el paso hacia adelante, sin más, abriendo senda, me queda ya abierto el turno de calificar y cualificar el Amor desde mi humilde visión, para ver si merece o no la pena entregarse a él.

      El amor, por único e inusual, además de maravilloso, es lo que hace vivir de verdad.

      Ya sabemos  de la tradición estoica que lo descarta a nivel particular ante cualquier problema que pueda conducir al sufrimiento; sin embargo, la espina siempre forma parte del tallo de la rosa. Para los amantes, víctimas de un amor sano, la principal espina es la separación parcial o total, ya que su tendencia total es a la unión.

      El amor es algo tan maravilloso que sucede en tan contadas ocasiones, si es que llega a darse, que es una locura dejarlo pasar. Ni miedos ni mezquindades deberían frenar el cauce del amor. Hay que ser muy valiente para amar. Cuantas pobres gentes lo temen y esquivan convenciéndose de que hay miles de hombres y mujeres en el Mundo. Sí, es cierto, pero el amor escasea, porque llegar a enamorarse es harto difícil. Buscando, buscando, mucha pobre gente desperdicia sus mejores años, que son todos, para el amor. Son pobres, porque carecen de lo más importante que existe, porque se refugian en sus mezquinos miedos, volviéndose incrédulos e inútiles para enamorarse.

      ¡Es tan reconfortante y sano entregarse a ésta vida nuestra con el arrojo suficiente para vivir y no vegetar...! Y en ésto, el amor es la mayor apuesta vital. Bregar por él, es apostar por la Vida.

      Dejaremos las novelas  y canciones de desamor (mal llamadas de amor la mayoría de las veces) para las tristes ocasiones en que éste haya fallado y consultaremos no sin ironía, a Ovidio en sus "Remedios para el Desamor", como consuelo positivo para forjar un nuevo camino, cuando el anterior nos falló. Pero si éste ya lo tenemos realizándose y nos conduce de momento a la felicidad, habrá que apostar por lo más grande, ser valiente y vivirlo. ¿O es que siempre ha de fallar?

      Lo único que exige el amor es dedicación constante, mientras se realiza el resto de tareas en la vida. Es una especie de simbiosis, que se logra mediante la dedicación de uno hacia sí mismo, para mejorar como persona ante uno mismo, ante el mundo y ante el ser amado.

      Así el Amor valiente y desinteresado, se convierte en el avance personal en la vida y ante el Mundo. Y es algo tan rico...