martes, 17 de noviembre de 2015

LA GUERRA: EL MAYOR NEGOCIO DE LOS PODEROSOS. ¡NO A LA GUERRA, NUNCA!

                                              

                                    "Todas las razas y pueblos somos hermanos,
                                                       hijos de La Vida."


   Vivimos en un Universo demasiado grande en todos los sentidos para poder apreciarlo desde nuestra mente pequeñita de ser humano. Aún así, si entre la rutina diaria hacemos alguna vez un descanso y nos paramos a contemplar, escuchar, oler, el ambiente que nos rodea, ya sea en una calle en la ciudad, disfrutando el paisanaje, ya en el campo, disfrutando el paisaje, podemos darnos cuenta, por poca masa gris que se tenga en la mollera, de que si miramos de otra manera el Mundo, éste se nos ofrece cargado de tesoros, el mayor de todos, la Vida misma. Mi amigo Geluco, cada vez que subo a Oviedo y nos tomamos unos culines siempre me repite como un disco rayado:
 
-"La Vida ye una fiesta que s´acaba".

   ¡Cuánta razón, Gelu! Pero parece que somos tan listos que no terminamos de creerlo y nos empeñamos en ver todo de manera más gris. Por supuesto que todo son problemas, lo divertido es torearlos cada día con el mayor optimismo posible, porque si hoy no es mi día, mañana lo será, pero la Vida pasa....................... y no vuelve. No quiero regalar mi vida a la amargura.

     Ahora, una vez más de tropecientasmil, los Estados Capitalistas Occidentales vuelven a hablar de hacer una guerra. Una guerra, para una macro entidad capitalista es una ocasión perfecta de desarrollar y fomentar durante y después de ésta un sin fin de aspectos que le propicien ganancias, como el tráfico de armas, en el que España es un punto fuerte, la reconstrucción de poblaciones, con lo que lleva económicamente a la inversión y la negociación entre países, etc.

   Ahora que cuatro asesinos locos manejados por vete tú a saber qué entidad con ánimo de lucro bélico, han hecho lo único que saben hacer, algunos dirigentes europeos, curiosamente de los más poderosos, pronuncian la palabra   "guerra":   pesadilla del ciudadano, lucro del poderoso que NO CONVIVE con el ciudadano. Y saben de sobra que esa no es una solución.

  SÓLO HAY UNA MANERA DE NO TENER MALA HIERBA : ELIMINARLA.

    Eliminar a los asesinos, no por castigo, sino por evitar que existan y maten, así de simple, es lo que se ha hecho a lo largo de la Historia, cuando los capitalismos no eran globales como ahora.

     Pero eliminar, no quiere decir necesariamente matar, sino neutralizar. De eso sabían mucho nuestros reyes hispánicos medievales y si no, a la prueba de nuestra Historia me remito. ¿Qué hacían? Sí, hacían guerra al moro, pero unas guerras muy puntuales, persiguiendo al núcleo del enjambre y castigándolo o acojonándolo duramente. Había muchas maneras, por ejemplo, estudiando sus creencias. Para cualquier musulmán, morir en la batalla era un acto sublime premiado en el otro mundo de sus creencias. Éstos de hoy creen lo mismo, pero una cosa es morir defendiendo lo tuyo y otra es morir matando a los demás para imponer tu voluntad y eso ya NO.  Algunos mandamases cristianos castigaban a sus enemigos musulmanes obligándoles a comer cerdo. Así se aseguraban que ya no ganarían la gloria en el otro barrio y no serían precisamente premiados por Alá.  Entonces las ideas supersticiosas y religiosas pueden servir como arma formidable..........también de defensa. Coger a un individuo y encerrarle toda su vida alimentándolo con carne de cerdo (del barato, por favor). Hay muchas maneras de convencer a los posibles asesinos, el terror, la humillación, el aislamiento. Y si esto no funcionase, sólo ya entonces, quedaría el quitarlos de en medio.
    
   LAS GUERRAS NO SIRVEN PARA QUITARNOS DE EN MEDIO A LOS CUATRO ASESINOS LOCOS, SÓLO SIRVEN PARA FOMENTAR LA VIOLENCIA, EMPOBRECER A LOS PUEBLOS INVOLUCRADOS Y POR SUPUESTO, PARA ENRIQUECER A LOS CUATRO PELIGROSÍSIMOS DIRIGENTES CAPITALISTAS DEL MUNDO. CONTRA ESOS CUATRO IMBÉCILES SÍ PODRÍAMOS ACABAR SI TODA LA HUMANIDAD NOS UNIÉSEMOS PARA DERROCARLOS.

    Pero somos un simple rebaño de ovejitas. "¡Beeeeeeeeeeh!"


    Si los más altos cargos mundiales, esos que nos explotan a los pobrecitos de a pie, quisieran, localizarían a los asesinos y a sus jefes y los neutralizarían o los exterminarían. Poco a poco dejaría de haber asesinatos de ése tipo.

   Pero para "los de arriba" es mejor infundir el miedo y liar a la gente, "dignificando" con el nombre de Terrorismo, la "profesión" de cuatro locos asesinos.

    Y encima meten en el saco de los malos a la población, raza o religión supuesta de esos miserables: Antes, con la ETA, había necios que creían que los vascos eran etarras, ahora sigue habiendo necios que miran mal a los musulmanes. ASESINOS , IGUAL QUE GENTE BUENA, HAY EN TODAS LAS TRIBUS Y RAZAS. Afortunadamente hay pocos asesinos, pero los crímenes nos dan miedo y nos impresionan más, pero no es una guerra, son unos pocos, localizables y exterminables si nuestros emperadores capitalistas quisieran, que va a ser que no.

   ¡Ah!, se me olvidaba recordarte si tienes ocasión de leer algo sobre El Corán, comprobarás que es una religión que habla del amor entre hermanos y castiga la violencia. Sólo la permite como defensa de la familia si ésta es atacada. Una religión, para los que crean en religiones, no es un tratado de terrorismo. Si has viajado por  países musulmanes, comprobarás lo buena gente que son los de a pie, el sentido tan familiar que hay y sobre todo la paz y alegría contagiosa que se respira, que a veces es violada por cuatro asesinos locos. De éstos siempre hay en cualquier religión, o país del Mundo.

   Ahora, te invito a reflexionar, amig@ lector/a:

   ¿Guerra o exterminio de cualquier asesino de multitudes?

   ¿Y si los encierran y se escapan?

jueves, 30 de julio de 2015

EL TIEMPO DE LOS IMBÉCILES.

                                                                            
...Han pasado algunos años y el tiempo no perdona, así que decidí colgármelo al hombro como si fuera una mochila.   Llevo pocos años con el Tiempo colgado a mis espaldas. Me divierte, pero pesa, pesa tanto que a veces me dan ganas de soltarlo en el agua a refrescarlo.

  He recorrido caminos sin parar. Bueno, algo he parado, alguna china me he tenido que sacudir de mi zapato, algún evento me ha retenido a veces a favor y a veces contra mi voluntad. Pero eso forma parte del camino, parar en un determinado paisaje, aunque nunca se detiene el tiempo.

  Ha pasado tiempo, pero he vuelto a mi querido rincón de Asturies, desde donde escribo. Asturies, donde nací...de nuevo.

  Hoy vuelvo combativo, a veces literario, a veces realista y crítico, pero he vuelto con la ilusión renovada de ser y de pensar.

  Y para retomar éste camino voy a hablar un poco de la mediocridad que casi todo hijo de vecino hemos de torear como podemos en el día a día y voy a decirte cual es mi técnica para esas lides, por si te sirve de algo mi experiencia.

  Hace apenas dieciocho años era tan iluso que creía conocer de sobra la mezquindad humana y aposté por una empresa para mí dudosa, en la que quería creer. Empecé a trabajar con ahínco, que es lo que siempre he intentado y puse la mayor ilusión en un proyecto que no lo merecía.Pero eso lo descubrí después, cuando vi que mucha gente que me rodeaba en ese proyecto era sumisa hacia el poder y falsamente amiga de sus compañeros. Me di cuenta de la mediocridad que me rodeaba, de que muchos de los que trabajaban a mi alrededor, no tenían en su mayoría escrúpulos para intentar mantenerse más arriba que yo, en una lucha despiadada en la que cabía hasta la traición y la falta de ética. Y lo peor es que me di cuenta de que la empresa en la que había empezado a trabajar con tanta ilusión, estaba totalmente podrida desde fuera hacia adentro.

  Yo que siempre pongo una ilusión arrebatadora en todo lo que hago, comencé a sentirme incómodo en un ambiente que no compartía más de lo inevitable...

   ...Hoy día tengo aprendida la lección: a veces hay que saber sobrellevar lo que no agrada, cuando de ello sacas algún partido: Trabajo honestamente, me comporto con dignidad, procuro ser asequible con mis compañeros de trabajo, pero mis amistades me las reservo para fuera de esa empresa. Mejor dicho, la empresa me la reservo sólo como uno de mis medios de subsistencia. Pero sólo eso.

  Fuera, la Vida me sonríe cada día. Su sentido está lejos de la mediocridad de quien sólo vive para asegurar su trabajo en una empresa que no sabe o no quiere valorar con justicia a sus trabajadores. Es tiempo de ingratos, de mediocres, de imbéciles y de los perritos de éstos, pero somos muchos todavía quienes trabajamos honestamente, dando por hecho que  existen los que no se sienten felices con su vida e intentan apedrear a los demás, trabajadores de la misma empresa. Hasta el momento vamos esquivando las pedradas. Es lo que tiene estar entre ése tipo de gente. En el fondo me dan pena aquéllos que me apedrean. ¿Cuanto veneno hay que tener para perjudicar a tus compañeros?

  Siempre he sido un afortunado porque he vivido de mi profesión, desde que me fui de casa siendo adolescente hasta hoy, no he parado de enseñar, de dar conciertos, de realizar proyectos, unos con más éxito que otros. Nunca he tenido alma de funcionario, por Dios qué horror y que me perdonen los que sí la tengan, que yo se lo respeto, como cualquier otra religión alternativa.

  Pero mi mayor fortuna fue comprender que la Felicidad es algo por lo que muy poca gente se atreve a luchar. Yo puedo considerarme afortunado en esto: Por ser feliz porque me lo curro cada día, por ser tan querido y por tener tantas ganas de vivir.

  ¿Y lo demás? ¡Ah! ¡Sí! Aquellos  de los que te he hablado, que la gente normal tenemos que aguantar cada día... Pues procuro sacudirme bien el polvo de los zapatos siempre antes de volver a entrar en casa.

  Piensa que la Vida no es perfecta. Pero si tú quieres es Vida. Dicho de otra manera: Los imbéciles son siempre atemporales. Hay que saber vivir con ellos alrededor, como hacemos con las moscas. 
                                                                             
  "Unas pocas picaduras de mosquito nunca pueden parar a un buen caballo en su carrera". L. v. Beethoven.