miércoles, 29 de agosto de 2012

CAMINOS TIENE LA VIDA.


      Después de atravesar tanto vericueto a lo largo de los años, uno llega a la conclusión de que siempre los caminos escogidos son prácticamente iguales.

      Sólamente cambia el caminante según el lugar donde se halle y en ocasiones, el decorado de cosas y de vivos. El resto, el sendero lo sigue cada cual a su manera.

      Cualquier camino nos lleva a cualquier otro, que a su vez es la vida que sigue su camino. Así que, definitivamente todo sigue hacia adelante, como siempre.

      Sin embargo, hay caminos que para muchos son especiales. Tal el caso de los caminos trazados a través de la religiosidad de una comunidad, así el de La Meca, Jerusalén, Fátima, o el Camino de Santiago. Y , pese a la magia y misticismo a que son sometidos por la emotividad religiosa de cada pueblo, no dejan de ser caminos entre caminos, simples muestras del todo que es el camino de la vida de cada uno de nosotros. Entonces, ¿A qué tanta importancia a una simple ruta que termina en la visita a un santo o a alguna forma sagrada?

      La mayoría de las personas que hacen una peregrinación física y geográfica, piensan que mediante las privaciones y el sobreesfuerzo de un duro viaje van a redimir sus mediocridades personales, sus errores o sus culpas. Olvidan que no hay que salir de uno mismo para recorrer el más ascético y hercúleo viaje hacia el espiritualismo: Se llama VIDA INTERIOR. Y en los anales de nuestra ciclópea cultura grecolatina, se conoce como VIRTUD.

      Éste verano he tenido la ocasión de probar a hacer una parte del Camino de Santiago. No esperaba volverme más bueno ni mejor, pero lo hice como una experiencia más. Y he podido comprobar in situ lo que digo en el párrafo anterior: que la espiritualidad está sólamente en el espíritu. He podido reirme a solas y sin maldad de los "peregrinos" hechos a imagen y semejanza unos de otros, con sus equipos  de última generación, preparaditos para todo, durmiendo todos en los albergues, como las ovejitas en sus cobertizos una experiencia muy religiosa, sí señor y muy espiritual, porque puedes estar sólo contigo mismo y con dios ...cuando duermes, oyendo de música de fondo los ronquidos del "peregrino" de al lado, o escuchando el murmullo de sus pedetes mientras el aroma de sagrado incienso de sus sudorosos pies te embriaga.

      Yo reconozco que soy un poco raro, pero para mí la espiritualidad siempre ha consistido en estar conmigo mismo, en absoluta soledad. Éstos días he cometido la "infamia " de no compartir mi camino con los alberguistas y he preferido dormir por los prados o en el monte. ¡Qué poquitos peregrinos hacen el camino para reencontrarse consigo mismos! ¡Si no les da tiempo, entre tanto albergue y entre tanto de todo!... De todo, menos estar a solas consigo mismo. Y eso sin contar a los de las bicis, que van arrasando por el camino y o te quitas o te quitan. Espiritualidad, dime el nombre exacto de las cosas... diría el poeta conmutando el vocativo espíritu por inteligencia.

      Por eso me río, con cierta benevolencia, de... Bueno, no quiero caer demasiado mal. Así no sigo por ése "camino" (jeje).

      Yo que estoy acostumbrado a mis buenas dosis de soledad elegida de vez en cuando, no he notado nada extraordinario en el Camino. Como experiencia, siempre es bello encontrarte en la Naturaleza, libre. Como otras cosas, he podido disfrutar de la visita a algunos "santos lugares" patrocinados por el arte románico en su más íntima expresión. Me refiero no sólo a la impresionante sencillez infinita de los templos, sino a las eclécticas expresiones de las figuras ( comúnmente conocidas como "escultura").

                                                Virgen románica de los Ojos Grandes, catedral de Lugo.

      Éstas imágenes de ecléctica expresión, recuerdan en su mirada perdida en el infinito, desde las ideas cosmogónicas del Universo hasta el axioma del principio y fin, del alfa y del omega, que a su vez aparece en los cruceiros galegos de los caminos, en los que el alfa se representa con la imagen de María y el omega con la Crucifixión del Cristo en el reverso. Sin caer en la trivial discusión que he tenido que librar con más de un licenciado de titulito, en Historia del Arte, sobre si tal o cual imagen era románica o protogótica, es evidente, al menos para mi y eso me sobra, que ésa mirada como perdida en el Infinito de los tiempos y del Alma, de las imágenes que tanto me embriagan, son símbolos puros del románico de la más pura Edad Media teocentrista. A mí que no me vengan con patochadas de dimes y diretes de catedráticos de turno de cómprame mi libro si quieres aprobar. Yo sé perfectamente lo que percibo al contemplar con emoción ésas sinceras imágenes de hace más de mil años.
     
                                               Cruceiro galego con símbolo celta.

       Algún mediocre sigue afirmando que el motivo de la aparente inexpresión de ésas estatuas, es la falta de técnica del momento. Qué pena tener un título de algo que no entiendes. Estoy acostumbrado a sufrirlo a menudo en mi profesión. Después del clasicismo grecolatino, sólo quedaba pendiente la técnica del aparente eclecticismo expresivo. Pero, ¡nada! No se enteran. Es como si digo que Miró sólo pintaba rayas porque no sabía hacer otra cosa.

                                              Estatua románica de El Salvador, de la catedral de Ovieu.

      Así que, resumiendo, del Camino sólo he sacado en claro el placer de encontrarme a solas con el paisaje y saborear la espiritualidad medieval peregrina, en las expresiones románicas que representan el principio y el fin del Universo, el "todo permanece", o las reminiscencias aristotélicas sobre el Motor Inmóvil. Y muy principalmente, en mi soledad,  también he podido confirmar lo que es importante para mí....
                                               Peregrino atípico. ( Peregrin total).


                                          En la Ermita del Monte O Gozo, cerca de Santiago.
     

                                                   Llegada a Santiago. Bonita ciudad turística.

   ***

viernes, 10 de agosto de 2012

ENCORE UNE FOIS. (AOÛT)

                                                                
                                                                                                                                                             


Votre regard pénètre mon esprit

comme des bonbons pour l´enfant.

Comme un chocolat de la déesse,

comme un long doux parfum d`épaisseur;

à mon âge, presque vieux, et,

je te regarde avec l´illusion d´un enfant,

d´un enfant avec de trop nombreuses années,

vous voulez sérieusement à vraiment.

Peut-être,  trop tard l´amour veut frapper à ma porte.

Je vais attendre pour vous...

à marcher ensemble dans cette voie solitaire...



***

Amour, mon cher amour. Yves Montand.



 Vidéo télécharguée sur youtube par LAVIEENDUO.