miércoles, 4 de julio de 2012
DESDE MI BALUARTE.
Otra vez la llanura en la mirada:
oro y fuego en perspectiva,
sabor rancio de viña y polvo añejo;
color de cielo azul y blanco
sobre la luenga llanura aderezada
y en el erial el verdinal sereno,
licor de viña que despierta en vino.
La sangre castellana de su historia
plagada de caminos y batallas,
dormita en la llanura, sepultada.
Acariciando sueños
esparce el sabor de sus fontanas
en bermejos caprichos del destino.
Viña, paisaje, cielo azul, sereno;
historia y pasión en lontananza,
que a la luna de estío en su reflejo
importas ya lejana entre la noche,
cantando hacia la noche y junto al río,
el eco oscuro de un error lejano
y el himno alegre de un nuevo camino.
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