jueves, 22 de marzo de 2012

HOY, QUIZÁ MAÑANA.



     Después del último intento por sobrevivir, se despide don Invierno. Yo estoy ajeno al incombustible frío castellano desde mi pequeño baluarte, camino de Veneros, saboreando la lontananza de los montes forrados de piel verde y barbados de arboledas. La quietud del auditorio natural, permite disfrutar la sinfonía del paisaje. Aquí parece que nada haya sucedido allá lejos, donde batallo cada día. Es como si aquello no existiese. Y sin embargo es tan real...

      Se es de donde se mantiene uno, yo definitivamente soy de aquí, porque he de volver de vez en cuando para alimentarme de pureza. Y no es la casualidad de nacer en un lugar, lo que debería definir nuestro origen, sino la vocación  no casual por ése lugar, pues  casual es sólo donde nacemos. ¿Será casual también donde renace nuestro corazón?

      Aquí puedo casi olvidarme de que odio ser funcionario, aunque es lo que principalmente me da de comer. Detesto que un Gobierno incompetente dicte normas sangrantes y bárbaras a los pocos que construímos un país, funcionarios o no, pero hay que sobrevivir y eso es hoy difícil y casi utópico.

      Pero no he venido aquí para recordar mis luchas, sino al contrario, para recuperar una parte importante de mi alegría, que ahora está en el Cielo, que a su vez es éste lugar.

      El horizonte escalonado de mullidos valles preparados para recibir las joyitas primaverales de colores, cercenado por los montes cercanos, me dice que siempre estará esperándome si yo no cambio.

      Empieza a refrescar bastante, según declina el sol. Se oye un eco lejano de algún campanario. Todavía quedan campanas en algunos templos. Yo, reconfortado me voy alejando lentamente. He de partir de nuevo, pero ésta vez será un paréntesis porque volveré tan pronto que apenas me entristece regresar.

      Allí me espera de nuevo el trabajo y la Huelga: la que todo trabajador no temeroso y coherente debería hacer, a pesar de que también la hagan los sindicatos. Para mí es la Huelga contra el fascismo capitalista con o sin sindicatos por medio (no los utilizo como excusa para no hacerla). No temo perder la  cantidad descontada de mi nómina por hacerla, mis intereses y los de cada ciudadano valen bastante más de cien euros.

      Acabo de dejar atrás el túnel interminable que separa Asturias de Castilla. Sorprendentemente es la primera vez que no se humedecen mis ojos en éste trance, pues ellos saben que ahora va a ser apenas perceptible la ausencia...

      Ahora, "ancha es Castilla", después Madrid y ya muy de noche, otra vez en la tierra de Don Quijote. ¿Será una metáfora? Entonces la cambiaría.

   
   

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